¿Por qué acudir a una revisión óptica?
La mejor forma de visitar a un optometrista, como en cualquier otra rama sanitaria, es de forma preventiva. En este caso, se suelen programar visitas anuales, y si se detecta algún problema, se programaran con menor espacio de tiempo según el criterio del optometrista. Por edades, las visitas pediátricas son más frecuentes que las de adultos, ya que en las edades tempranas el sistema visual está en pleno desarrollo madurativo, y es susceptible de más cambios en menos tiempo.
Sin embargo, en ocasiones aparecen síntomas en los pacientes, que requieren un exploración fuera de la pautada normalmente. Un paciente debe acudir al optometrista cuando presenta:
- Visión borrosa.
- Dificultad para enfocar objetos, tanto en visión lejana como en visión próxima.
- Dolor persistente dentro o alrededor de los ojos.
- Ojos rojos, sensación de ardor, lagrimeo o secreción.
- Dolor de cabeza después de forzar la vista.
- Visión doble o diplopía.
- Diferencias de agudeza visual al tapar un ojo u otro.
- Niños en edad escolar que presenten bajo nivel académico.
- Desviaciones oculares.
- Antecedentes de problemas visuales en la familia, ya que estos pueden ser hereditarios.
- En general, cuando surja alguna duda relacionada con los ojos o la visión, ya que de esta forma se obtienen respuestas basadas en la evidencia científica y no en leyendas urbanas sin fundamento.
¿Óptico u Oftalmólogo? ¿Qué diferencia hay?
Seguramente tu primera pregunta sea ¿cuál es el mejor sitio para hacerme mi examen de la vista? Si es así, debes saber que tienes dos opciones igualmente válidas y no excluyentes.
El óptico-optometrista es un profesional sanitario cuyo objetivo es la medición de los defectos refractivos y proporcionar correcciones ópticas, gafas graduadas, lentes de contacto o productos de salud ocular como por ejemplo colirios humectantes. Ellos pueden evaluar el estado del sistema ocular y en caso de detección de alguna anomalía derivar al médico de atención primaria o al oftalmólogo.
En caso de una patología ocular es necesaria la intervención del médico de atención primaria u oftalmólogo, por ejemplo “ojos rojos” , para un diagnóstico preciso y tratamiento específico.
Independientemente de la decisión que tomes, hay varias cosas que debes tener en cuenta antes de someterte al examen:
- Si estás tomando medicación, tienes alguna enfermedad crónica o estás embarazada, debes avisar con anterioridad al profesional que vaya a examinarte ya que todas esas circunstancias pueden afectar a la capacidad visual y provocar desviaciones en los resultados.
- Es preferible que no uses lentillas blandas en las 24 horas previas al examen, y en caso de lentes de contacto rígidas incluso 72 horas para evitar edemas o deformaciones corneales que afectarían a la calidad de la refracción.
- Lo ideal es que hayas comido y bebido correctamente y estés relajado durante el examen.
- Tómate tu tiempo durante las pruebas, es importante que estés seguro de tus respuestas, al fin y al cabo, determinarán las gafas o lentillas que llevarás después.
¿En qué consiste un examen óptico?
Si te has decidido por visitar a un óptico optometrista este te examinará tu sistema visual valiéndose de las diferentes herramientas y aparatos destinados a este fin para valorar:
- Estado refractivo de tus ojos.
- Sistema acomodativo.
- Convergencias.
- Estado de los medios transparentes.
- Presión intraocular (PIO)
- Salud general del sistema ocular.
Posteriormente si se encuentra algún defecto refractivo pasará a proponer las distintas alternativas para su compensación:
- Gafas graduadas.
- Lentes de contacto.
- Ortoqueratología.
- Terapia visual.
- Dispositivos o filtros ópticos para baja visión o patologías oculares.
- Especialidades farmacéuticas para la salud ocular (lágrimas artificiales)
Centrado de los cristales. Las gafas se personalizan para ti.
Si te decides por usar gafas y ya sabes qué montura quieres, para conseguir una visión óptima lo ideal es efectuar el centrado de los cristales tomando como referencia la altura pupilar (la distancia entre el borde interior del cristal y el centro de cada pupila) y la distancia interpupilar (la distancia entre el centro de cada pupila y el puente nasal). Este procedimiento sirve para establecer el centro óptico de los cristales, es decir, el punto del cristal que los rayos de luz atraviesan sin sufrir ningún tipo de desviación (es el punto más fino en lentes cóncavas y el más grueso en las convexas). Así se consigue una corrección óptima de la vista.
Además, para conseguir el mayor confort, la montura se adapta a la cara de cada persona. La mayoría de monturas cuentan con varillas ajustables y muchas también incorporan plaquetas adaptables. Los ajusten necesarios se hacen de manera gratuita en cualquier centro óptico.
¿Cada cuánto tiempo debo revisarme la vista?
Por desgracia, nuestro ritmo de vida actual aumenta las probabilidades de desarrollar defectos visuales. Las luces de led de pantallas digitales, la televisión o las horas de estudio suponen un gran esfuerzo para nuestros ojos y pueden llevar a fatiga de nuestro sistema visual.
Por este motivo, lo ideal es hacerse revisiones cada dos años de la vista en adultos joven o de edad media.
En niños de 3 a 12 años con antecedentes familiares o defectos refractivos ya declarados cada seis meses.
En el caso de los adultos de edad avanzada, hay más posibilidad de experimentar cambios repentinos en la agudeza visual, así como de desarrollar diversas patologías por lo que se recomienda una revisión anual.
Estas pautas son orientativas, la frecuencia debe marcarla siempre el optometrista en función de las características individuales de casa paciente