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¿Necesita mi hijo gafas graduadas?

gafas infantiles 1

Esta es una dudas que a menudo tenemos los padres.

Observar al niño es la clave para determinar si ocurre algún tipo de anomalía visual, ya que este bien por su corta edad o bien por ser la única visión que conoce y faltarle referencias de como debería ser,  no advierte de un posible defecto visual.

Aquí os explicamos varios tips que os ayudarán a detectar posibles defectos visuales.

Señales de posibles defectos visuales en niños

Estos signos podemos clasificarlos según la edad de niño.

  • Bebés: observar si el niño es capaz de seguir el movimiento de un objeto con la mirada y es capaz de fijarla en el mismo.
  • Entre 2 y 5 años: tener en cuenta si el niño se acerca demasiado al papel, pantalla o pizarra. También es importante observar si el niño guiña los ojos o se frota en exceso, si suele tropezarse o se le caen objetos con frecuencia.
  • A partir de 5 años:  en esta etapa de vida resulta más fácil la detección ya que los síntomas comienzan a ser más evidentes. Lo más usual es la dificultad en la lectura, escritura o pintura; quejas del niño por dolor de cabeza, dificultad a la hora de seguir la clase o prestar atención durante un determinado tiempo en cualquier actividad…

En caso de sospecha: ¿Qué hacer?

Cuando advertimos alguno de estos síntomas es la hora de realizar una visita con el oftalmólogo, de ésta manera se le realizará al niño un examen visual completo dilatando sus pupilas.

Tras ésta primera visita, el oftalmólogo determinará el tiempo a esperar  para la próxima revisión y si la realizará de nuevo con él mismo  o  con el óptico optometrista en nuestra óptica de confianza.

Los defectos visuales más frecuentes son: hipermetropía, astigmatismo y miopía. El  estrabismo (desviación del ojo), la ambliopía (ojo vago) y la anisometropía (gran diferencia de graduación entre ambos ojos) también serán tratados entre ambos profesionales, óptico optometrista y oftalmólogo.

¿Cuándo debo llevar a mi hijo al oftalmólogo?

Entre los 2 y 3 años de vida se debe realizar la primera revisión oftalmológica, lo ideal es hacerlo con un oftalmólogo especializado en oftalmología infantil.

Otro factor determinante es estudiar los antecedentes familiares con problemas visuales, si en nuestra familia tenemos parentescos cercanos con algún tipo de enfermedad ocular o defecto visual también debemos realizar dicha visita.

Las revisiones pediátricas de control  son fundamentales para prevenir y/o diagnosticar cualquier tipo de anomalía, te recomendamos realizarlas  siempre y comentar con el pediatra cualquier comportamiento que veamos fuera de lo normal.

¿Qué debo tener en cuenta para comprar mis gafas infantiles?

Las gafas para el niño, debe ser:

  • Cómodas.
  • Con buena sujeción (elegir bien el puente y calibre haciendo uso de la recomendación del óptico optometrista. Usar “topes” de silicona en el final de la varilla de la gafa  y cordones ajustables será de gran ayuda.
  • Tamaño adecuado.
  • Mínimo peso posible.
  • Material resistente y flexible (materiales de silicona, acetato mixto…).

Los cristales para los niños, ¿Qué requisitos son aconsejables?

  • Materiales orgánicos (son materiales con gran resistencia a la rotura por impacto  y ligeros).
  • Que la lente tenga un buen tamaño para cubrir por completo cualquier dirección de la mirada del niño. Observar si el niño con el movimiento normal  tiende a bajar las gafas. En este caso se recomienda gafas redondas o de puente invertido para evitar que pueda mirar por “encima de las gafas”.
  • Es recomendable el uso de cristales con tratamiento antiarañazos. Son tratamiento que aumentan hasta en 10 veces la resistencia frente a la abrasión  de los cristales.
  • En caso de graduaciones medias o altas deben elegirse materiales de espesores reducidos para rebajar el peso de los cristales y al ser más planos conseguimos mejorar la estética de las gafas.
  • Con un tratamiento antirreflejos de las lentes no solo conseguimos unas gafas más bonitas sino también aumentamos el confort visual al reducir drásticamente los molestos reflejos que se producen en las superficies de los cristales.

Como consejo final, no hay que olvidar que al niño deben gustarle sus gafas.  En mi experiencia, más de una vez nos ocurre que estamos tan centrado en detalles técnicos que olvidamos que las gafas son parte importante de la imagen del niño. Unas gafas con las que se sienta seguro y favorecido es la base de que el proceso de adaptación a las gafas se realice con éxito y el niño le de todas las horas de uso necesarias.