Desde edades tempranas es posible detectar problemas visuales infantiles, es importante que los padres estén atentos a las quejas de los mismos niños de molestias oculares, o si estos tienen problemas al ejecutar tareas sencillas. Si a esto le unimos antecedentes familiares con problemas visuales justifica una visita a un especialista de la salud ocular.
El examen de un profesional es lo que determinará si tu pequeño o pequeña sufre problemas visuales. También te proveerá de asesoramiento en cuanto a hábitos saludables para cuidar la visión.
Desarrollo del sistema visual infantil
En el desarrollo de la visión en niños podemos diferenciar dos etapas en los padres deben prestar atención.
Desde los primeros meses hasta los 3 años:
En esta etapa la visión se está desarrollado rápidamente hasta tener el 50% de las capacidades de un adulto. Primero fija la vista en luces y objetos para en una etapa posterior comienza a seguirlos.
A los seis meses ya puede fusionar dos imágenes de un objeto consiguiendo así la visión en tres dimensiones y puede ya medir las distancias a los objetos, para esto los ojos ya no se cruzan, no “bizquean”.
Al año el cálculo de las distancias a los objetos es eficaz, ya desarrolla la habilidad de coordinar ojos-manos-cuerpo por lo que puede recibir y lanzar objetos con cierta soltura. También ahora se desarrolla la percepción del mundo espacial, memoria y discriminación visual. Al terminar el año el campo visual llegar a ser de las dimensiones de un adulto.
A partir de los 3 años hasta los 8-9 años:
En estos años el sistema visual madura a la visión de un adulto, estos son los años en los que sistema visual es más vulnerable a la falta de estímulos visuales adecuados produciendo efectos nefastos si estos estímulos no son correctos. Es este momento es crucial el diagnóstico y tratamiento de los defectos refractivos para conseguir unos estímulos visuales adecuados.
Tips para detectar problemas visuales
Según la edad los padres debemos prestar especial atención en observar:
En bebés hasta los tres años de edad: como antes explicamos es el desarrollo de las capacidades básicas del sistema visual, si el niño a partir de los tres meses
- No sigue la cara de su madre con los ojos
- Realiza movimientos extraños.Tortícolis.
- Tiene hipersensibilidad a la luz.
- Uno o ambos párpados están caídos.
- Suele frotarse de manera constante.
- Las pupilas se notan opacas o desiguales.
Tras los seis primeros meses:
- Sus ojos se ven desalineados, desvía uno o ambos ojos.
- Tropieza con frecuencia, no coordina ojos-manos-cuerpo.
- Tiene dificultad para realizar tareas sencillas de coger, lanzar o alinear objetos.
En niños con más de 3 años hasta los 9: la calidad del estímulo visual cobra relevancia, ¿qué debemos tener en cuenta?
- Tiende a acercarse al televisor.
- Entrecierra para observar o se queja de dolores de cabeza.
- Acercamiento excesivo de la mirada al papel.
- Dificultades para realizar lecturas, se cansa al escribir, confunde letras y palabras con frecuencia.
En esta última etapa es importante detectar los problemas visuales más frecuentes en la infancia: miopías, hipermetropías, astigmatismos, ambliopías (ojos vagos), estrabismos (desviaciones oculares) y otras menos comunes como patologías varias (cataratas, glaucoma, degeneraciones corneales,…)
No hay que olvidar que el desarrollo del sistema visual es parte del desarrollo del infante en conjunto y que otras afecciones no oculares pueden afectar a su desarrollo correcto del mismo, por ejemplo enfermedades genéticas o metabólicas que afectan al desarrollo de la retina, Estas patologías y sus consecuencias en el sistema visual debe ser valorado por el especialista correspondiente
Comportamientos derivados
Lamentablemente, cuando estos problemas no se detectan a tiempo, pueden desencadenar problemas de comportamientos.
Los problemas de visión tienen una enorme importancia a la hora de relacionarnos con nuestro entorno pudiendo afectar el rendimiento escolar o las relaciones familiares y con otros niños. Si tenemos dificultad de coordinación ojos-manos-cuerpo difícilmente jugaremos o practicaremos algún deporte satisfactoriamente. Si tenemos dolores de cabeza frecuentes, no vemos la pizarra, no podemos leer o acometer tareas de visión cercana o lejana con soltura, difícilmente nos concentraremos y aprenderemos.
Es fácil que se distraiga y se le dificulta concentrarse en las tareas. Lo siguiente es la resistencia a cambios, nerviosismo o búsqueda de constantes descansos.
Si estos problemas se prolongan en el tiempo poden ser los detonantes de problemas de socialización importantes como conductas negativas e incluso agresivas.
Incluso desde las etapas más tempranas es posible detectar a tiempo los problemas visuales de tu hijo. El desarrollo en los primeros 8-9 años del infante determinará capacidades visuales, oculomotoras e incluso de comportamiento en su edad adulta. Con unos pocos pasos a seguir resulta simple encontrar dificultades en su capacidad visual y así acudir cuanto antes a un especialista que te ayude a corregir cualquier desviación en el desarrollo del sistema visual de un niño.