En este artículo desarrollaremos los elementos a tener en cuenta cuando hacemos la elección de unas gafas graduadas para nuestros hijos.
Las gafas infantiles son una gran incógnita para los padres una vez vez que el óptico u oftalmólogo le recomienda su uso. Este tipo de gafas son un producto óptico con una serie de peculiaridades a tener en cuenta que en gafas para adultos suelen pasar a segundo plano a la hora de realizar la elección.
Lo primero considerar es la seguridad del niño, no podemos elegir materiales de fácil fractura, no debemos permitir la posibilidad de que se le claven fragmentos de estos materiales fracturados en la cara u ojos del niño.
Posteriormente hay que aplicar el sentido común, los niños juegan y en estos juegos el riesgo de deterioro de las gafas es alto. Este deterioro no está recogido en la garantía de las gafas infantiles al no ser por defecto de fabricación por lo que tienen un coste económico para los padres.
Entonces qué elegir para reducir las posibilidades de fracturas o deterioro en las gafas, y que a su vez cumplan todas la garantías de eficiencia en su uso.
Nos centramos primero la elección de la armadura, esta debe ser:
- Cómoda.
- Con buena sujeción (elegir bien el puente y calibre haciendo uso de la recomendación del óptico optometrista. Usar “topes” de silicona en el final de la varilla de la gafa y cordones ajustables será de gran ayuda.
- Tamaño adecuado.
- Mínimo peso posible.
- Material resistente y flexible (materiales de silicona, acetato mixto…).
Y los cristales para los niños, ¿Qué requisitos son aconsejables?
- Materiales orgánicos (son materiales con gran resistencia a la rotura por impacto y ligeros).
- Que la lente tenga un buen tamaño para cubrir por completo cualquier dirección de la mirada del niño. Observar si el niño con el movimiento normal tiende a bajar las gafas. En este caso se recomienda gafas redondas o de puente invertido para evitar que pueda mirar por “encima de las gafas”.
- Es recomendable el uso de cristales con tratamiento antiarañazos. Son tratamiento que aumentan hasta en 10 veces la resistencia frente a la abrasión de los cristales.
- En caso de graduaciones medias o altas deben elegirse materiales de espesores reducidos para rebajar el peso de los cristales y al ser más planos conseguimos mejorar la estética de las gafas infantiles.
- Con un tratamiento antirreflejos de las lentes no solo conseguimos unas gafas más bonitas sino también aumentamos el confort visual al reducir drásticamente los molestos reflejos que se producen en las superficies de los cristales.
Como consejo final, no hay que olvidar que al niño deben gustarle sus gafas. En mi experiencia, más de una vez nos ocurre que estamos tan centrado en detalles técnicos que olvidamos que las gafas son parte importante de la imagen del niño. Unas gafas con las que se sienta seguro y favorecido es la base de que el proceso de adaptación a las gafas se realice con éxito y el niño le de todas las horas de uso necesarias.